Del alma confundida por brújulas en desequilibrio
Se me niegan los jardines prometidos y resbalan entre mis dedos pétalos desgranados de sueños marchitos. Se confunde mi alma por brújulas en desequilibrio. Dadme el norte que negaron los sentidos previos y, si llega el caos, no permitáis que se desdibujen los contornos de los abismos que nos quedaron pendientes en vidas pasadas, los caminos que nos negaron las tormentas previas. Vuelve (o aparece) y comencemos juntos amaneceres inventados porque quien tiene alma corre el riesgo de perderse entre recodos ausentes, desgastarse en esquinas maltrechas como pretéritos imperfectos en un subjuntivo que no termina de impulsarme. Quien tiene alma corre el riesgo de que el día le sorprenda arrullando sueños ajenos. Puede perder el alma aquel dispuesto a jugarla y nacen en conjunción perfecta las almas destinadas al encuentro. Mientras tanto, dejad que me recoja al taller de trenzar grecas para pulir la imperfección del ángulo recto. Mientras tanto, permitid que fantasee con su intenso y último suspiro, que me distraiga imaginando que planta palabras tiernas en el yermo erial quemado que ve cuando yo miro. Deseo escriverte y grafioírte, abramarte lentafuerte. Fuera, el cielo es de cemento y tú… ausente.
(Publicado en El Día de Albacete, 25/05/07)